LA REGLA 2 MINUTO DE FRITZ HONKA

La Regla 2 Minuto de FRITZ HONKA

La Regla 2 Minuto de FRITZ HONKA

Blog Article



El monstruo de St Pauli cuenta la historia de Friedrich Paul Honka, apodado como el ‘destripador de Santo Pauli’, que fue un homicida en serie de la década de 1970. Su modus operandi consistía en contratar a prostitutas para llevarlas a su casa, matarlas, descuartizarlas y esconder sus cuerpos en un hueco de la muro.

Las empresas consolidaron sus niveles de producción apuntaladas por la prosperidad en los precios. Cómo le fue a cada rama de la minería

Leta 1956 je prišel v Hamburg in bil zaposlen kot pristaniški delavec pri Howaldtswerke-Deutsche Werft. Huda prometna nesreča mu je leta 1956 poškodovala nos in ga izrazito iznakazila. Leta 1957 se je poročil z Inge in imel sina po imenu Fritz, vendar zakon ni uspel in leta 1960 sta se ločila. Sosedje se spominjajo nasilnih prizorov v stanovanju. Equivalente se je sicer kasneje spravil, a se leta 1967 drugič ločil.

During his later trial, Honka described his youth thus: "My father was in a concentration camp. I too was in a concentration camp for children. I was freed by the Russians. My father too. School afterwards didn't amount to much." His mother was said to be unable to cope with her nine children.

Her buried remains were discovered accidentally by a construction worker over a year after the murder, but with the absence of some body parts, the investigators had trouble identifying the corpse. Finally they identified the body as Gertrude Bräuer, but no one connected her disappearance with Honka.

Es la cueva de los monstruos, la pocilga malsana que reúne a toda una sociedad de parejoásitos que se revuelcan entre ellos. Un exsargento de las SS, unos viejos borrachos, unas prostitutas gastadas y el revulsivo Fritz Honka, que tiene caudal suficiente como para atraer a las desaliñadas mujeres de cerca de con una botella de aguardiente…

Entre los parroquianos de El Mitón Dorado hay un arcaico oficial de las SS y una superviviente de los campos de concentración; el propio padre de Honka fue prisionero del nazismo. Sea como sea, a su modo, la película funciona como un correctivo frente a todas esas ficciones que 'glamurizan' a los asesinos en serie. En todo momento, se muestra horrorizada por las acciones de su protagonista —aunque, es cierto, al mismo tiempo Akin da la sensación de regodearse en la exhibición de atrocidades—, y su descripción de la ejercicio criminal es probablemente mucho más realista que la ofrecida por la viejoía de títulos de su mismo clase. A pesar de ello —o tal momento precisamente por ello—, resulta muy difícil recomendarla, porque resulta del todo repelente y deja al espectador necesario de una ducha y un orfidal. Y, de nuevo, ahí precisamente radica su eficacia.

Delante el fallecimiento del padre, la raíz se vio incapaz de cuidar de sus diez hijos y Fritz fue enviado a un orfanato. Allí pasó gran parte de su adolescencia sin sobrevenir conocido siquiera lo que eran los afectos hasta que comenzó a trabajar.

La compleja vida de Mark Wahlberg: de integrar una pandilla racista, extralimitarse de drogas y robar autos a la redención

Los Honka vivieron toda la conflicto haciendo trabajos forzados para la industria de guerrilla, mientras comían muy poco y eran torturados por los SS que los obligaban a picar piedra o cumplir jornadas extenuantes en alguna industria de las extrarradio de Leipzig.

Licor y perfumes. Figuraí podría resumirse la vida de Fritz durante los siguientes meses. El olor nauseabundo comenzaba a filtrarse por cualquier recoveco del edificio y los vecinos comenzaban a quejarse. Fritz Bancal consciente FRITZ HONKA de que el olor a descomposición de todos los cuerpos que guardaba en su casa comenzaba a ser cada ocasión más intenso.

Mientras trataba de disimularlo con perfumes y piedras aromáticas, iba consumiendo ingentes cantidades de vino que le mantenían relativamente al ganancia de la existencia.

Fassbinder. All that is missing is the camp note of a true Fassbinder film and compassion for suffering humanity. True, Akin’s prostitutes are pitiable and they seem to have had very few choices in their sad lives, but no redemption is possible, unless you count the Salvation Army lady who saves one of the women.

Honka murdered again, four years later, when he strangled the 54-year-old sex worker Anna Beuschel in his flat in August 1974. He claimed that she had not been passionate enough when they had sex.

Report this page